MI RELOJ DE CARLINGA DE LA GRAN GUERRA. 1ª Parte.

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Nuevamente me tomo la licencia de publicar en el blog una entrada sobre un reloj. Las dos anteriores:

MI RELOJ. 1ª Parte.
MI RELOJ. 2ª Parte.

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Cartel de reclutamiento británico de 1915:

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Muchos de los relojes suministrados como parte del equipamiento militar, durante la Gran Guerra (1914-1918), fueron radioluminiscentes.

En 1898 Pierre y Marie Curie descubrirán el radio. Será la solución para poder leer la hora en la oscuridad.

En la publicación La Fédération Horlogère Suisse, el primer anuncio que aparece de un reloj radioluminiscente es de 1909, pertenece a Lipmann Frères de Besançon (Francia):

1910:

7/12/1910. Ernest Lipmann presenta en los Estados Unidos la solicitud de patente «Luminous dial», le fue concedida el 20/02/1912:

Al contrario que ya estaba aconteciendo en Europa, especialmente en Suiza, la pintura radioluminiscente estaba teniendo aún poco uso en los EE.UU., pese a que su invención (no la patentó) corresponde a William J Hammer (en 1902 marchó de París con unas muestras de sales de radio proporcionadas por Pierre y Marie Curie) y que George F. Kunz, un gemólogo de la prestigiosa joyería Tiffany & Company, viendo su enorme potencial en relojería ya solicitó el 23/12/1903 la patente «Device for effecting illumination», que le fue otorgada el 13/08/1907:

Hasta 1914 no se fundará en los Estados Unidos la primera compañía en producir pinturas radioluminiscentes, la Radium Luminous Material Corporation de Newark (New Jersey). Su actividad creció enormemente cuando el país entró en la Gran Guerra (1917).

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En relojería (no sólo militar) se empleó una materia luminosa formada de sulfuro de zinc excitado por radio.

El sulfuro de zinc es una sal cuya variedad verde amarilla es fosforescente y adquiere luminosidad permanente al ser golpeado por las partículas radiactivas del radio.

Se utilizó en forma de pasta recubriendo en las esferas las horas (cifras, rayas o puntos) y rellenando las aberturas de las agujas, fijándose con un barniz transparente.

Al aplicarla, los trabajadores sufrieron una total exposición con funestas consecuencias, máxime al tener que afinar el pincel con los labios por indicación laboral:

Aunque las esferas y agujas a día de hoy ya no despiden luz (el sulfuro de zinc se ha dañado por efecto de la radiación) el radio perdura con todo lo que conlleva.

Siendo para mí el coleccionismo una afición saludable, descarté todos los relojes radiactivos.

A la hora de representar el ámbito militar escogí uno marcado explícitamente como NON-LUMINOUS (no luminoso en inglés):

Evitando su versión radioluminiscente (LUMINOUS), que era legible en la oscuridad:

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Un reloj de carlinga o cabina MARK V, instrumento exclusivo de piloto que formó parte de la dotación militar asignada a un aviador británico en la Gran Guerra:

Sus imperfecciones (raya en el cristal original, desportilladura en la esfera y saltos de la pintura blanca que recubría las agujas en su totalidad), todas ellas me hacen aún más creíble el uso de este «cockpit watch» en biplanos de combate, integrado en los paneles de control.

Sobrevivió durante la contienda bélica pese a las vibraciones del motor y las extremas temperaturas de las cabinas abiertas a la intemperie:

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El reloj ya estuvo presente en el nacimiento de la aviación (1903 en EE.UU, hermanos Wright) y será un instrumento de navegación indispensable desde el comienzo de la aviación militar (Gran Guerra):

Los distintos ejércitos utilizaron los aviones primero en misiones de reconocimiento aéreo y una vez se les incorporó una ametralladora surgen las batallas de cazas en el cielo.

Otro cartel de 1915:

Muestra las siluetas de los dirigibles y aviones tanto británicos como alemanes, para ayudar a reconocerlos y actuar en consecuencia.

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A muchos de los relojes de carlinga, con el tiempo, se les añadirá en el largo cuello con el que fueron expresamente dotados una anilla de suspensión:

Será puesta por el propio ejército británico a partir de 1930 (con la finalidad de reutilizarlos como relojes de bolsillo para sus soldados), o les fue añadida una vez dejaron de ser stock militar (legal o ilegalmente).

Pero con mi reloj no se dio ningún caso. Su largo cuello nunca ha sido perforado y conserva su esencia, ya que se fabricaron expresamente sin anilla con la finalidad de poder acoplarlos a un receptor especial:

El piloto introducía el reloj entre la almohadilla para amortiguar vibraciones y un soporte que debía respetar la especificación en cuanto a los requisitos militares:

Finalmente lo atornillaba al panel de instrumentos del avión:

Véase:

Detalle:

Más:

Detalle:

Fotografía tomada por los alemanes del panel de un avión británico estrellado:

El soporte está suelto de los dos tornillos del lado derecho y en su interior sólo conserva la almohadilla:

Deprisa y corriendo el aviador militar consiguió retirar el reloj antes de la captura del aparato, aún estando en este caso exento por caer en suelo enemigo. Si el piloto estrellaba el avión en territorio amigo y sobrevivía estaba obligado a recuperarlo o se le descontaría de la paga.

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Los relojes de carlinga utilizados por la aviación militar británica durante la Gran Guerra fueron marcados en la esfera «MARK», seguido de un número romano del 1 al 5. Fue la designación para las distintas variantes empleadas.

De todos los distintos calibres de reloj de bolsillo que fueron aceptados, el OCTAVA es el único omnipresente en todos los MARK:

Los relojes que portan dicho calibre, del MARK I al MARK IV, llevan los nombres completos de los siete proveedores contratados que los suministraron (pero no los fabricaban):

Los MARK I, de Elliott Brothers:

MARK II, de Thos. Armstrong & Brothers:

MARK III, otra vez de Elliott Brothers.

MARK IV. A, de S. Alexander & Son / Elliott Brothers / Moise Dreyfuss / Carley & Clemence Ltd / Georges Favre Jacot & Cie / Grimshaw, Baxter & JJ Elliott Ltd.:

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Con los MARK V (su datación se estima circa 1916) el gobierno británico ordenó los relojes por primera vez directamente a los fabricantes suizos.

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CONTINUARÁ…

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2 opiniones en “MI RELOJ DE CARLINGA DE LA GRAN GUERRA. 1ª Parte.”

  1. ¡Qué buen reloj elegiste! Tiene la perfecta combinación entre el estilo antiguo y el moderno.
    No sé cómo hacés para conseguir toda esa información y esas fotos… Felicitaciones!!!
    No sabía que los relojes luminosos eran tan antiguos. Me los hacía más de la década de 1960.

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    Gracias, es el único reloj de la que fue mi anterior colección que con el tiempo pudiera haberme arrepentido de venderlo.
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    Conseguir información y fotos… Dedicando muchas horas en internet, traduciendo los comentarios en inglés dejados en foros por otros coleccionistas, buscando las patentes y consultando la publicación La Fédération Horlogère Suisse (1886-1945), escrita en francés.
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